miércoles, 4 de julio de 2012

Cada segundo cuenta

Siempre he querido ir cumpliendo mis metas rápidamente. Cuando era pequeña, quería hacerme mayor. Cuando empecé la carrera, quería terminarla ya. Cuando me quedé embarazada, quería que pasaran rápido los 9 meses y tener a la niña conigo. Mi madre me dice que soy como el Conejo Blanco de Alicia en el País de las Maravillas: “Voy a llegar tarde”. Esa es siempre mi principal preocupación: llegar tarde y perder tiempo en el camino. Sin embargo, ahora que veo a Gabriela, no quiero que el tiempo pase. No quiero que crezca. Quiero que permanezca siempre con sus dos años, su risa inocente, sus ansias por aprenderlo y contarlo todo y su amor incondicional. Como sé que eso es imposible, disfrutaré cada segundo con ella.
Mi marido vio en la televisión de Sudáfrica un anuncio que describe, a la perfección ese sentimiento. Le recordó a  nosotras porque, además, la madre es idéntica a la niña. Como en nuestro caso… (y, entre nosotros, a mi me encanta). ¡Merece la pena verlo!

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